En nuestra niñez, todos pasamos por el incómodo momento en el que empezamos a mudar los dientes. Esta etapa comienza a partir de los 6 años en adelante. Todos pasamos por el frustrante momento de tener que sacarnos los dientes. Como a nadie le gusta, se inventaron el cuento del ratón Pérez.
Muchos utilizan esta fábula para motivar a sus hijos a sacarse los dientes de leche. Como recompensa, el ratón le deja dinero a cambio de sus dientes. Sin embargo, estudios resientes afirman que debemos dejar al ratón sin trabajo por razones de mucha importancia. Y es que guardar los dientes de leche en lugar de botarlos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Razón para conservar los dientes de leche
Estudios demuestran que los dientes de leche poseen una gran cantidad de células madres. Estas pueden ser muy útiles a la hora de combatir cientos de enfermedades. Las mismas células son las que se encuentran en los embriones, fetos y tejidos del bebé como el cordon umbilical y los dientes de leche. Un dato curioso es que las células madres también están presentes en los dientes de adultos sanos.
La razón por la que se aprecia tanto las células madres, es porque cuentan con 2 propiedades poderosas. La primera es porque pueden auto-renovarse indefinidamente, lo que permite su almacenamiento ilimitado. La segunda razón, es porque dicha célula puede transformarse en cualquier otra que le haga falta al cuerpo. Gracias a eso, se pueden dar terapias a fin de restaurar tejido u organismo.
