«Un día discutí con mi chico y él se comportó como un idiota. Entonces yo llamé a su ex novia para descargarme y comentarle lo estúpido que era… y bueno, las cosas resultaron muy distintas a lo esperado… y ella era mucho mejor que él en la cama”.
Al momento de decidir acostarte con alguien (ya sea con tu novio, con el chico con el que estás saliendo o con el que acabas de conocer) lo importante, además de estar segura y en plena confianza, es disfrutarlo. A fin de cuentas, la idea es que ambos sientan placer y lo pasen bien… pero hay que estar consciente de que cada persona es distinta, y son diferentes cosas las que las encienden y excitan.
Y en este ámbito también aplica el dicho «en gustos no hay nada escrito». Cosas que a algunos les parecen completamente extrañas, para otros puede ser lo mejor del mundo y los hace tocar el cielo… literalmente.
Por eso un grupo de mujeres quiso abrirse al respecto y confesar cuáles son los más raros fetiches que más las han hecho disfrutar al momento de tener sexo. Sus historias pueden ser graciosas, e incluso puedes sentirte identificadas con algunas. ¡Veamos!
1. Cuando gruñe en mi oído como un animal
“Con mi novio actual siempre hemos tenido muy buen sexo, ¡y por eso seguimos juntos! Pero una vez él estaba encima mío y gruñó como un animal en mi oído. Fue el mismo ruido que hace cuando está ejercitándose con pesas. Sí… nunca estuve más excitada en toda mi vida”.
2. Llamándolo “Papi”
“Puede ser que eso signifique que algo extraño me pasa psicológicamente, pero tengo este tema con los “papis”. Solía salir con un hombre algo más viejo que yo, y con él tuve fantasías que no describiré ahora, pero sí, él las cumplió. Lo llamaba “papi” y él me llamaba “pequeña niña”. Lo llamaba “papi” justo en el momento en el que tocaba el cielo”.
3. Fetiche con el semen
“Tengo este fetiche con el semen. No me gusta tragarlo, porque sabe muy mal y me hace atorarme. Pero podría explicarlo simulando que soy un pastel, y mi fantasía es que un hombre me decore con “frosting”, mientras más, mejor. No sé por qué, pero estar llena de su semen es algo que me enciende y me enloquece. Ahora mismo siento un hormigueo. Entonces, mi mejor orgasmo fue mientras tenía sexo con mi novio en un motel. Él sabe de mi fetiche, así que mientras teníamos relaciones, me decía que me llenaría de él y que no podría ir al baño o tener mis piernas abiertas. Nada saldría de ahí. Y sí, eso me llevo directamente a Plutón”.
4. Un miembro grande… muy muy grande
“Estoy saliendo con un chico que tiene el pene tan grande, que tengo problemas para caminar durante días luego de que tenemos sexo. Una vez estaba llevando a mi sobrina a la escuela y me preguntó por qué estaba sentada de forma tan extraña. ¿ENTIENDEN LO GRANDE QUE ES? Y no es que lo utilice de manera perfecta y llegue siempre a los puntos que me excitan, es sólo lo primitivo que tiene, como si hubiese capturado al animal más grande en una selva. Pierdo el control con sólo pensarlo”.
5. ¡Haciéndolo con su ex novia!
“Románticamente, me gustan los hombres, no las mujeres… pero el mejor sexo que he tenido ha sido con ellas. Ningún hombre conoce el cuerpo de una mujer como nosotras. Entonces, un día discutí con mi chico y él se comportó como un idiota. Entonces yo llamé a su ex novia para descargarme y comentarle lo estúpido que era… y bueno, las cosas resultaron muy distintas a lo esperado… y ella era mucho mejor que él en la cama”.
6. Pensando en la venganza
La vez que más he disfrutado al acabar fue un día que estaba enojada con mi novio. Me había dejado plantada el viernes en la noche, así que el sábado, cuando estábamos juntos, decidí que mi venganza sería fantasear que tenía sexo con su mejor amigo mientras en realidad él me lo hacía. Fue simplemente maravilloso”.
7. Cuando manejó 800 kilómetros sólo para verme
“El momento en el que más encendida estuve en toda mi vida fue el verano pasado, cuando este chico que conocí en Internet manejó 800 kilómetros desde su ciudad a la mía sólo para tener sexo conmigo. Era maravilloso, pero eso no fue lo que me excitó… sino que todo el esfuerzo que puso sólo para que nos reuniéramos. Sólo pensar en eso mientras estábamos haciéndolo me hizo excitarme como nunca”.